Sensor de calidad del aire CheckAER
La solución inteligente para el control de la calidad del aire en espacios interiores.
Ahora se puede percibir a simple vista la calidad del aire interior.
Con el sensor de calidad del aire CheckAER tendrá a mano una solución sencilla y eficaz para saber en un instante cuándo es el momento de ventilar. Para determinar con precisión la calidad del aire, el CheckAER mide la exhalación humana y la contaminación orgánica volátil del aire interior. También se tienen en cuenta los olores desagradables. Estos compuestos orgánicos volátiles (TVOC) no sólo pueden afectar a la capacidad de rendimiento, sino también a la salud. Tales compuestos no sólo se generan debido a las evaporaciones de los muebles, los suelos, las pinturas y otros productos de construcción, sino que también son causados por animales domésticos, personas, detergentes o el humo del tabaco. A pesar de ello, la calidad del aire siempre se tiene bajo control con el CheckAER.
Calidad del aire: buena
Calidad del aire: moderada
Calidad del aire: mala
El semáforo de LEDs de varias intensidades da «luz verde» para un clima interior saludable y recomienda a tiempo una ventilación, incluso con una calidad de aire moderada. Así se puede mejorar la calidad del aire interior antes de que el cuerpo humano reaccione de forma visible y de que el semáforo de ventilación se ponga en «rojo» o incluso se ponga a parpadear en rojo.
Ya sea en casa, en el despacho o en la clase del colegio: el aire es calidad de vida. Con cada respiración.
Gran parte de nuestra vida la pasamos en espacios cerrados. Esto hace que sea aún más importante mantener el aire interior fresco y saludable en todo momento. Ya sea en las cuatro propias paredes, en el despacho o en la escuela: un aire interior bien controlado con un elevado contenido de oxígeno y el menor número posible de contaminantes aumenta nuestro bienestar y también la capacidad de rendimiento. Al mismo tiempo, el intercambio continuo de aire contribuye de forma decisiva a la protección contra virus, bacterias, gérmenes o moho, especialmente en combinación con la humedad relativa adecuada, que se sitúa en el mejor de los casos en un saludable 40-60%.